lunes, 11 de julio de 2011

Mis primeros pinitos con "C" de cine: análisis de necesidades (2/2)


Esta es la segunda y última parte del "post" anterior, en la que terminaré de explicar la propuesta de explotación del vídeo de la "Imagen repetida de películas" del programa "Saber y ganar". Como ya habíamos visto, este tipo de baterías de imágenes va muy bien para poder extraer los conocimientos previos sobre cine con "C" mayúscula de nuestros alumnos. Pero además de eso, nos puede servir para:


2. Desarrollar estrategias de comprensión audiovisual:

En la entrada anterior ya hice mención a la importancia de potenciar en nuestros estudiantes el uso consciente de estrategias de aprendizaje que los ayuden a entender mejor textos audiovisuales “auténticos”, es decir, aquellos que están dirigidos a hablantes nativos y que, a priori, no han sido creados ni manipulados para su uso didáctico. A continuación, os presento una sugerencia de explotación del mismo vídeo para que vuestros alumnos puedan desarrollar mejores estrategias de comprensión:

a) En un primer momento, es deseable que el alumno se prepare estratégicamente antes del visionado íntegro del vídeo (c), por lo que es muy importante explicar en qué consiste la tarea que tiene que resolver. El alumno, normalmente habituado a escuchar las instrucciones de una actividad en boca de su profesor o profesora, debe intentar acostumbrar el oído a acentos de otras personas, a poder ser de otro sexo y de una variante del español distinta a la de su profesor. En ese sentido, la entradilla del vídeo nos brinda una oportunidad inmejorable, ya que en ella aparece la presentadora, Pilar, explicando la mecánica del concurso lo suficientemente claro como para que el alumno sepa qué es lo que tiene que hacer con sólo prestar atención a lo que ella dice. Por su parte, el profesor sólo les daría a sus alumnos información general sobre qué tipo de programa es “Saber y ganar” y, en particular, sobre la sección del programa "La imagen repetida", que está dirigida a los televidentes, en este caso los propios alumnos. Esta aclaración hace que el visionado sea del todo significativo y doblemente motivador para el alumno, si además le dijéramos que si acierta la respuesta puede entrar en el sorteo de un televisor LCD, como ocurre en el programa real.

b) Durante el primer visionado sin sonido se les pide a los alumnos que se fijen en el fotograma que se repite; esto los va a ayudar a concentrar toda su atención en el canal visual. De este modo, podrán retener más fácilmente muchos más fotogramas que si además les pidiéramos escuchar el nombre de las películas al mismo tiempo. Al terminar este primer visionado, se hace una puesta en común en la que muy probablemente van a ir saliendo muchos nombres de películas correctos, algunos en su versión original en inglés (luego trataré este aspecto en el punto "4") y, a buen seguro, el nombre de la película repetida: "El Padrino" (quizás también en su versión original, "The Godfather"). Individualmente, un solo alumno a lo mejor se acuerda solamente de 5 ó 6 fotogramas distintos, pero si comparten entre todos ellos los fotogramas que ha memorizado la clase entera es probable que acaben sacando los nombres de casi todas las películas sin que todavía hayan escuchado sus nombres. Y todo ello gracias a ese conocimiento previo del mundo cinematográfico del que ya hablé largo y tendido en la entrada anterior.

c) Al contrario que en la primera fase, durante el visionado con sonido nunca se debe permitir la actitud, desgraciadamente extendida y a veces propiciada por los propios docentes, de que los alumnos cierren los ojos o agachen la cabeza para poder centrar toda su atención en el canal auditivo. Esta falsa creencia, además de un mal hábito, de que así se entiende mejor un vídeo está completamente infundada y puede ser muy dañina si no se le "hace ver" al alumno a tiempo -valga la anfibología- que si no levanta la cabeza y mira y escucha al mismo tiempo, le va a resultar muy difícil poder entender un vídeo auténtico como este. Esto es así porque el canal visual siempre aporta una mayor información al canal auditivo cuando ambos se combinan simultáneamente, haciendo que la comprensión del texto audiovisual sea mucho más eficaz y completa por parte del alumno. Se trata de algo tan sencillo como que el estudiante mire qué fotograma sale de fondo en el preciso instante que la voz en off dice el título de la película; un título que en muchos casos se corresponderá con el que ya había anticipado el propio alumno en la fase anterior y que, por lo tanto, no le costará tanto trabajo poder entender.




3. Conocer los gustos y las preferencias de cada uno de nuestros alumnos y del grupo en su conjunto:

Elegir las películas o los fragmentos cinematográficos con los que se va a trabajar en un curso de cine puede ser una tarea muy sencilla para el profesor y más motivadora para el alumno si, en vez de ser nosotros los que nos encarguemos de la selección sin tener en cuenta los gustos de nuestros alumnos, lo hacemos conjuntamente con ellos intentando, en la medida de lo posible, satisfacer sus preferencias. Si al fin y al cabo van a ser ellos los "espectadores" de nuestros "pases" cinematográficos en clase, pues, ¿qué mejor manera de aprender que pasando un buen rato viendo el cine que más les gusta?


Para poder recabar esta información, el profesor puede preguntarles a sus alumnos, o incluso mejor si se preguntan entre ellos, sobre las 11 películas que han salido en el vídeo: 

¿Cuáles de ellas ya habéis visto? ¿Cuántas veces las habéis visto? ¿Cuáles aún no? ¿Os gustó más cuando las visteis en el cine o en casa? ¿Cuáles hace mucho tiempo que no veis y os gustaría volver a ver? ¿Cuáles recomendarías a un compañero de clase que no la haya visto? ¿Cuáles no volveríais a ver jamás? ¿Por qué no os gustó? ¿Os dio miedo? ¿El final era muy triste, esperable o demasiado feliz? ¿Os quedasteis dormidos de lo aburrida o larga que era la película? Etc.

Tras una puesta en común al hilo de estas preguntas, el profesor se va a hacer una mejor idea del tipo de cine que más y menos le gusta a cada uno de sus alumnos y a la mayoría de la clase, una información sumamente valiosa que nos va a permitir descartar o incluir determinadas películas en nuestra "cartelera" definitiva del curso. Si en vez de tener en cuenta los gustos y preferencias de nuestros alumnos, somos nosotros los que escogemos las películas por la mera suposición de que a nuestros alumnos les tiene que gustar, esto podría depararnos más de una sorpresa inesperada...

Como actividad complementaria a ésta se puede hacer seguidamente una presentación de los diferentes géneros cinematográficos y averiguar cuáles son los que más les gustan a nuestros alumnos.


4. Presentar los nombres de los géneros cinematográficos en español:

Se puede aprovechar una vez más el visionado con sonido de los fotogramas de estas 11 películas para presentar algunos de los géneros de cine más representativos. A este fin, se les pasa a los alumnos una lista con los nombre de los diferentes géneros para luego relacionarlos con cada una de los filmes del vídeo. Es preferible que esto lo hagan en parejas haciéndose preguntas como este modelo de lengua:

Ejemplo: ¿A qué género crees que pertenece "Matrix"? 
             Yo creo que es una película de acción/ciencia ficción.

Y así con los demás géneros hasta que todos estén de acuerdo y el profesor les dé el visto bueno en última instancia. Algunos de los géneros ilustrados en este vídeo son: "drama", "thriller", "película de aventuras, policiaca, de dibujos animados, de suspense, de terror", etc. Finalmente, si nos queremos cerciorar de que efectivamente han entendido bien la diferencia entre los distintos géneros que acaban de aprender, se les puede pedir que pongan más ejemplos de géneros con películas de su propio país, que serán mucho más reconocibles por todos ellos y tendrán, seguramente, una mayor significatividad.


5. Suscitar un debate sociocultural sobre la titulación de películas extranjeras en España:

Para un alumno anglófono de ELE, que un señor pronuncie "Matrix" tal cual se escribe puede ser un motivo más que suficiente para esbozar una sonrisa al escucharlo. La cosa puede volverse más irrisoria, cuando le llega el turno al superhéroe arácnido y la carcajada está más que asegurada cuando oye "Espíderman" (con esa "e" inicial y ese acento esdrújulo sobre la "i" tan nuestros).

Yo no creo que en esta ocasión se pueda recurrir al tópico de que los españoles no sabemos hablar bien inglés, o que si lo hablamos es con un marcado acento "cañí". Véase por ejemplo, el caso de "Superman" y "James Bond", que sí los pronunciamos a la inglesa sin ningún problema. Bueno, vale, he de admitir que a "Supermán" le ponemos un acento agudo, pero eso es para hacerle justicia a la virilidad representada por su "supereslip" rojo. Una duda que me asalta es por qué no se tradujo “Rocky” como “Roquita”, “Durito” o "Machito" pero, en cambio, la primera parte de la serie "Rambo" se tituló "Acorralado" en España y a nadie le sugiere nada "First Blood", el título original de esta primera entrega del heroico mercenario...

Por otro lado, nos encontramos con aquellas películas extranjeras cuyos títulos se han traducido al español, en algunos casos literalmente ("El Padrino", "El Mago de Oz", etc.) y en otros libremente, supongo que de manera intencionada por las distribuidoras de la película en España. Este es el caso de "Psicosis", cuyo título original en inglés "Psycho" hace referencia directa al psicópata de la película, Norman Bates, y no a la enfermedad que éste padecía. Otro caso que me resulta especialmente llamativo es el de "Pinocchio", que se españolizó en su pronunciación y pasó a llamarse "Pinocho" en vez de "Pinojo", que sería la traducción correcta del italiano. Claro que de ser así, más de un niño se pensaría que iba a ver en el cine la historia de un piojo saltarín de dibujos animados y no la de la entrañable marioneta de madera que todos conocemos ;)

Estas y otras ideas relacionadas con los saberes y comportamientos socioculturales propios de la identidad cultural española a la hora de "rebautizar" las películas extranjeras cuando llegan a nuestro país podrían servirnos de acicate para que nuestros alumnos debatieran sobre cómo deberían llamarse, según ellos, las películas extranjeras que se comercializan en España:

El debate se podría desarrollar en 4 grandes grupos de manera que cada uno defienda una postura distinta:

a) Que se llamen por su nombre original
b) Que se mantenga su nombre original pero adaptándolo a la pronunciación española
b) Que su nombre se traduzca al español literalmente
c) Que su nombre se traduzca al español libremente

Cada grupo puede argumentar las ventajas que tendría optar por una de estas posturas en cuanto a su rentabilidad en taquilla, a la hora de captar la atención de los espectadores que eligen una película solo por el título que tiene, etc. El profesor podría moderar el debate hasta que se consensúe una sola opción entre todos los grupos, siempre que se pudiera llegar a un acuerdo común, claro está.



Y antes de despedirme, una reflexión final:

Por si no os habías dado cuenta todavía, el vídeo sobre el que he basado la propuesta didáctica de estas 2 últimas entradas no dura siquiera 30 segundos... ¿Alguno de vosotros todavía duda del potencial pedagógico del medio audiovisual? Seguro que aún se os ocurre hacer algo más con él o pensáis que alguna de estas actividades puede ampliarse o es susceptible de mejora. Por favor, escribid vuestros comentarios, sugerencias y experiencias cuando lo pongáis en práctica. Espero sinceramente que estas ideas os puedan ser de utilidad y podáis aplicarlas en vuestro día a día como profesores.

¡Saludos y hasta la próxima entrada!

No hay comentarios:

Publicar un comentario